domingo, 7 de septiembre de 2008

Atisbos Analíticos No. 92. Agosto 2008.

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Atisbos Analíticos No 92, Cali, 7 de agosto de 2008, Humberto Vélez Ramírez, Profesor Programa de Estudios políticos, IEP, Universidad del Valle; Fundación ECOPAIS, Estado*Comunidad*País, “Un nuevo Estado para un nuevo País”, hvr@coldecon.net.co
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LAS TRAMPAS DE LA IMAGEN
Un Balance del primer Sexenio del
Gobierno de Uribe 2002-2008.

Abstract

Uribe: Popularidad y Personalidad. (1)
Atando retazos. (2)
Seguridad Democrática: Cuando una Palabra significa muchas cosas. (3)
Comunicación y Sociedad. (4)
Realidad e Imágenes. (5)
Aventurando Hipótesis (6)
Las Trampas de la Imagen. (7)
Uribe, la Ciudadanía y las Guerrillas. (8)
Ni el anti-institucional Bolívar quiso Repetir (9)
Cuando la Popularidad deja de ser Democracia. (10)
Uribe: Entre la Imagen y la Realidad (11)
Polemizando con un Colega (12)
Que hable la Gente. (13)
LA POPULARIDAD DE URIBE: Una explicable mezcla de Paras, Farc,
Trampas de Imagen y Consejos Comunitarios. (14)



……………Uribe: Popularidad y Personalidad……………. (1)

Para entender a Uribe como enorme fenómeno político, es necesario el examen de lo mediático-simbólico-virtual. Mas ello no es suficiente, pues también hacen presencia otras dinámicas y factores. Anticipamos esta mirada más compleja, pues el objeto de este Ensayo no es otro que el de contribuir a descifrar su desbordada popularidad, esa popularidad que ya no cabe dentro de los límites de su personalidad.

………..Atando Retazos………. (2)

Hace exactamente tres años escribí, “Uribe es más lo que ha parecido que lo que ha sido” (Humberto Vélez, 2005). Lógicamente me refería al Uribe presidente. No sobra recordar ahora que en el mundo actual “parecer” es tan importante como “ser”. Y lo es porque ambas dimensiones de la vida humana, la simbólica como la real, funcionan siempre, aunque en distinto grado, como referentes de opiniones, actitudes y conductas reales.
Pero, ahondemos un poco en esta condensación.
Durante este su primer sexenio Uribe se la ha pasado haciendo el tránsito ya de la imagen a la realidad ya de la realidad a la imagen. Ese juego, por otra parte, lo ha realizado embebido en la promesa que le hizo al país desde principios de enero del 2002 cuando sólo alcanzaba el 7% de la intención del voto: Que como presidente derrotaría militarmente a las guerrillas; que, por lo menos, las colocaría en situación de casi obligada capitulación; pero que si, por alguna circunstancia, le tocaba negociar con ellas, lo haría desde las lógicas del Estado. Uncido a esa posición estratégica - su síntesis programática - se fue alzando como obsesionado líder que ha resultado ser, sobre todo, para enfrentar y confrontar a contendores y enemigos. Reprodujo así lo que, en otros contextos históricos y con otros objetivos, en Colombia sólo han intentado Laureano Gómez, Jorge Eliécer Gaítán y López Pumarejo: Cohesionar y unir a un amplio sector de la ciudadanía tras un objetivo nacional. En su caso, la derrota de las guerrillas. Por eso, elegido presidente en la primera vuelta, lo primero que hizo fue poner a prueba su condición de líder antiguerrilla.
Pero, al líder no lo fabrican las masas. Estas sólo lo especifican, lo colorean, lo untan de sus sentimientos y emociones. Por eso el dirigente que encarne este atributo, está siempre en condiciones de auto-manifestarse en uno u otro ámbito de la vida social. Y en política, cuando la sociedad se debate en aguda crisis y él logra ir más allá de las ofertas de salvación, deviene héroe, Salvador o Libertador. Como escribió la antropóloga Marlene Singapur, “Con Uribe estamos frente a un animal político de colosal magnetismo y capacidad de alinear a las masas”. (Marlene Singapur, 2008).
Pero, redondeemos un poco más la figura de este Uribe auto-fenómeno.
La ciudadanía lo eligió para que sometiera a las guerrillas. Pero, el presidente se fue creciendo hasta desplegarse como líder anti-insurreccional. Luego, de modo progresivo, el líder, con la cooperación de los medios, de la religión y de la “santocracia”, se fue autohaciendo como Mesías, Salvador y Libertador. La ciudadanía, entonces, ajustada a la medida de su cultura política y a sus condiciones coyunturales de miedo colectivo, real o inducido, lo acogió, lo aclamó, lo bendijo y lo afirmó en su nuevo y trascendental papel.
En el proceso, convencido de ser un predestinado, se dedicó a cultivar una amplia base social de popularidad yendo, así, de lejos, más allá de las funciones y competencias de un presidente institucional. Normalmente, los presidentes, al manejar su poder, saben que sus facultades están limitadas por la Constitución, las leyes y la Cultura política. Pero, como Uribe, de presidente institucional pasó a líder y de líder a salvador de la nación, se olvidó de los problemas de límites y limitaciones a su gestión.
Es claro que Uribe quiere y desea y busca un tercer mandato o una segunda reelección o llegar a ser Primer Ministro en un posible sistema parlamentario de gobierno y sabe que en su condición de líder y de Salvador puede lograrlo. Para esos efectos, desde su primer mandato empezó a cultivar una popularidad que, como comodín, le ha servido para todo, menos para construir democracia. Ya con su primera reelección dio un paso adelante en “la alta personalización de la política en el país, exacerbada en la figura del presidente reelecto, para cuya reelección se modificaron las reglas de juego (mientras el juego mismo se realizaba) y cuyo estilo de liderazgo y de gobierno ha expresado un fuerte sentido mesiánico”. (Duque Daza, Javier, 2007)

……. Seguridad: Cuando una Palabra significa muchas Cosas……. (3)

Dos notas caracterizan la noción uribista de Seguridad democrática. La primera nos anuncia que se trata de una Seguridad de clase. Es “la Seguridad como tranquilidad del capital y de sus diferentes maneras de control”. (Fruhling, Michael, 2003) Es la Seguridad para las distintas fracciones del capital, sus patrimonios y familias, para la gente con capacidad de comprar servicios turísticos, para los terratenientes y hacendados y para los inversionistas extranjeros y nacionales. Para el resto de la población se oferta y mercadea una Seguridad simbólica, el sentimiento de sentirse miembro de una sociedad en la que parece que existe “gobierno”.
Si EL Leviatán dijo, “dadme tu libertad a cambio de seguridad” (Hobbes Thomas, 1556), Uribe ha agregado, “dadme tu libertad a cambio de seguridad y democracia”.
La otra nota, en cambio, tiene un carácter ideológico y con ella se busca ocultar la anti-democracia real mediante el uso reiterado en el discurso de la palabra “democracia”. Pero, como la seguridad tiene un precio moral y político, que es muy alto, Uribe invita a la sociedad a que lo pague renunciando a las pocas reservas de libertad y de democracia que haya podido ahorrar dedicando ese capital a engrosar su popularidad.
Es claro que en la vida social la seguridad basada en el Estado como fenómeno de fuerza legítima, es necesaria, más no suficiente. Necesaria es, por ejemplo, una seguridad que garantice, en la concepción y en la práctica social, la existencia de un Estado democrático. Necesaria también lo es una sana seguridad fáctica policial, pero en la medida en que sea una seguridad para toda la ciudadanía. Por otra parte, está la seguridad integral, que es un ideario que evoluciona a la par y de la mano de las libertades reales, pues ¿Qué gana un ciudadano al que el Estado protege con uno de sus fusiles, si no tiene empleo, ni acceso a los servicios de salud, educación y seguridad social?
Entonces, al otro lado de la idea uribista de Seguridad, también existen otras opciones de Seguridad y de Convivencia.


.………. Comunicación y Sociedad. ……(4)


Cuatro elementos conexos han hecho parte de la Estrategia central de Comunicación del Gobierno de Uribe.
Primero: La ya costumbre de ocultar y cubrir y tapar un hecho grave, que personalmente lo pueda afectar, con otro más o igualmente grave orientado a desacreditar, intimidar y hasta comprometer en lo judicial a sus contrincantes y opositores. Con conductas así, ha buscado siempre provocar un sorpresivo Golpe de Opinión.
Segundo: El empleo intensivo de los resultados del golpe de Opinión para alimentar su Política de Seguridad democrática presentándola como una Estrategia a toda prueba, altamente eficaz, intrínsecamente bondadosa, democrática y patriótica y cooperada siempre con la ayuda de Dios, de la Virgen y la eficiente colaboración de la ciudadanía.
Tercero: La incorporación del anterior discurso, esquemático, simplista y efectista, al examen del hecho que busca “patasarribiar”
Y Cuarto: la apelación permanente a la trampa de la imagen o de la realidad invertida para que la gente vea en los opositores a la Seguridad democrática a terroristas peligrosos y no a ciudadanos en ejercicio de la crítica democrática.



…………… Realidad e Imágenes…………… (5)

Completado el círculo que va del Golpe de Opinión a la arcádica representación colectiva de la Seguridad democrática y de ésta a la cerrada validación social de las políticas del gobierno, Uribe y los Medios enjaularon al país en la trampa de las imágenes.
A este respecto se hace necesaria una primera distinción entre realidad y su imagen o representación. (Moscovici Serge; Farr Robert M, 1984). En la investigación social esta distinción es epistemológica, teórica, metodológica y técnicamente válida. La que sí no es válida, por la trampa que encierra, es la ideologización de la realidad que, a través de distintos dispositivos, conduce a que la gente asuma como realidad lo que no es más que su imagen o representación. Que se nos entienda bien. En este caso lo cuestionable no es la imagen en sí, sino la trampa, es decir, el asumir la imagen de un fenómeno como si fuese su realidad. Es esto lo que llamamos la trampa de las imágenes. Por otra parte, tampoco se puede olvidar que en esa relación realidad-imagen, ésta, por lo general, no se corresponde con aquella sino que o la excede maximizando su estatuto de realidad o se queda rezagada disminuyéndolo.


……………Aventurando Hipótesis………… (6)


Iniciamos esta parte del Atisbos, la que se refiere a la dimensión simbólica, con una hipótesis válida para el conjunto del trabajo. La podemos formular así: Durante el gobierno de Uribe lo comunicado y publicitado ha sido más abundante e importante que lo efectivamente realizado, es decir, que lo proclamado ha ido más allá de los resultados objetivos y efectivos de su gestión. Sin embargo, el imaginario colectivo que se ha extendido reza y proclama lo contrario: Que ningún gobierno en la historia del país ha hecho lo realizado por Uribe en casi todos los ámbitos de la vida nacional.
Sobre la Seguridad democrática Atisbos ya tomó posición: Por cierto, que en los dos últimos años, sobre todo, las Farc han sufrido serios reveses mas sicológicos, publicitarios y morales que militares o cómo llamar eso de perder a un miembro del secretariado mediante la invasión territorial a un país amigo, a otro asesinado por su propio jefe de guardaespaldas y a un tercero que contra la ley de los puñales, falleció en su propia cama? Los uribistas partidarios de la guerra total, en materia de resultados deberían estar exigiéndole mejores y mayores resultados al gobierno que ha agenciado la estrategia ofensiva de guerra más costosa que habido en la historia del país.
Levantamos enseguida tres subhipótesis, así:
Una primera nos dice que, si al cumplir su primer sexenio, Uribe ha logrado colocar a sus pies a la sociedad, a la política y al Estado -control mediático casi absoluto de la sociedad, personalización cada vez más extrema de la política y uribización del Estado - ha sido porque ha sabido mantener y alimentar la esperanza de un país sin guerrillas o con ellas descompuestas y en situación de casi necesaria capitulación. Tras ese objetivo, el país se le ha rendido no al Uribe presidente sino al Uribe superstar.
La segunda subhipótesis nos señala que todo lo ha venido logrando al mantener siempre en crecimiento permanente su popularidad. Esta que empezó en la sima en enero del 2002 (7% de la intención del voto) llegó a la cima en julio del 2008 (94.1 de favorabilidad). Para el presidente, popularidad no ha sido igual a legitimidad ni a desarrollo de la democracia sino, más bien, estratagema personal de lucha política y comodín que lo ha sacado de todo apuro
La tercera subhipótesis, en cambio, destaca que, dada su amplia e histórica popularidad y dadas las maneras antidemocráticas como la ha hecho jugar, todavía posee un apreciable margen de acción para darle salida, por una vía política, a los enormes conflictos judiciales e institucionales que ha generado. Hasta ahora casi todo le ha salido a pedir de boca, excepción hecha el no haber podido zafar del todo a sus colaboradores del enredo del cohecho y la rebelión de las Cortes contra la deshilvanada propuesta de reforma judicial. Amanecerá y veremos, por ejemplo, cómo se quita de encima la molestia de una segunda reelección apelando a un sistema semi-parlamentario de gobierno.


. ……………. Las Trampa de la Imagen…………… (7)

Colocar la realidad patas arriba de tal forma que los contrincantes asuman su imagen como si fuese la realidad misma, es la esencia de este juego, que también podría llamarse “el juego de la realidad invertida”. Que el salvajismo de las motosierras paras se diluye y evapora cuando se considera la pertinencia, hasta ética, de su causa ligada a apalancar a un Estado impotente en la lucha contra las guerrillas; que la Yidis del cohecho no fue más que una criminal que se tragó entero el Código penal; que la Corte Suprema de Justicia al investigar, juzgar y condenar a los congresistas incursos en para-militarismo arrasó con el Estado de Derecho; y que la liberación incruenta de quince diputados es la prueba más sólida de que la derrota de las Farc se encuentras a la vuelta de la esquina, constituyen afirmaciones en las que las imágenes sobre fenómenos reales se asumen como si fuesen la realidad.
Este lúdico pasatiempo se juega desmontando las piezas básicas de una realidad dada pasando luego a recomponerla y resignificarla al amaño de las necesidades e intereses de quien detente las relaciones de poder. En el caso de este juego, el quid picante del asunto radica en una serie de jugadas racionales, con las que se coloca la realidad “patas arriba”, pero sin que los otros jugadores lo adviertan. Se avanza en el juego, primero, tapando, velando y ocultando hechos objetivos y, segundo, poniendo en circulación imágenes, que presionen por una interpretación subjetiva distinta de la realidad que se está encubriendo. Finalmente, gana la partida el jugador que sea capaz de convencer a la gente de que su imagen del fenómeno es el fenómeno real.
En un juego como éste tres ayudas han emergido como esenciales: 1. La del discurso ideológico orientado a tapar, velar y encubrir; 2 La de las riquezas de sentido y de las cargas simbólicas; y. 3. La de los Medios de Comunicación.
En ese juego de la realidad invertida, Uribe como que a todos nos ha ganado.

…………….Uribe, la Ciudadanía y las Guerrillas…………. (8)

Además de las poderosas dinámicas puestas en juego por los paramilitares, a las que haremos referencia en la última parte de este Ensayo, y de la eficacia perversa de las Trampas de Imagen, en cuyo manejo el gobierno de Uribe ha sido un artista, la desbordada popularidad de Uribe se explica también por las airadas reacciones de la ciudadanía en contra de las guerrillas, así como por la Estrategia ofensiva de Seguridad democrática que puso en acción.
Podría decirse que la amplitud e intensidad de las rabias y reacciones ciudadanas contra los cilindros de gas han sido directamente proporcionales a las adhesiones de la población a la causa de la Seguridad democrática. Entonces, mientras mayor ha sido el odio de la ciudadanía a las guerrillas, a los cilindros, a las minas quiebra-patas, a los secuestros y a los crímenes de lesa humanidad, mayor ha sido su adhesión y apoyo al gobierno de Uribe.



…………….Ni el anti-institucional Bolívar quiso Repetir.………. (9)

Pero, ¿en dónde se quedó el Simón Bolívar de Alvaro Uribe Vélez? Anti-reeleccionista radical, no obstante las grandes y tremendas hecatombes decimonónicas, el Libertador nunca pensó que él y sólo él fuese el único capaz de enfrentarlas. Bolivar y Sandanter, con frecuencia, han sido impugnados por haber concentrado en sus manos e ideales un enorme poder institucional. Esto no obstante, esta impugnación amerita una mirada histórica. En nuestra sociedad, entre 1819 y 1850 se echaron las bases de un nuevo Estado, el de la Nueva Granada, con sus mitos fundacionales, sus imágenes, sus promesas y crudas realidades. Esto no obstante, hasta bien entrado el siglo XIX nuestros dirigentes continuaron teniendo en el Estado colonial español el referente central de las reglas de juego y de la cultura política. Este es el asunto que tiene que enfrentar todo estado en nacimiento y en sus primeras etapas de formación, el de los grandes vacíos institucionales. (Humberto Vélez, 2008).
Esto no obstante, al abrir las sesiones del Congreso de Angostura, Bolívar manifestó el 15 de febrero de 1819: “La continuación del poder en un mismo individuo, frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares porque nada es tan peligroso como dejar permanecer por largo tiempo en un mismo individuo el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerlo y él se acostumbra a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana y nuestros ciudadanos deben temer, con sobrada justicia, que el mismo magistrado que los ha mandado mucho tiempo los mande siempre. (Bolívar Simón, 1819)

…………Cuando la Popularidad deja de ser Democracia…….. (10)


En la línea de acción que queremos resaltar, Uribe, ignoramos mediante qué tipo de acuerdos, empezó exportando a Estados Unidos el estorbo de los jefes paras, y subió en las encuestas y aumento su popularidad. Pasó luego a la para-política, desmontó la posibilidad de una reforma política, que blindara a la institucionalidad contra la violencia paramilitar y trepó más en los índices de favorabilidad y, triunfante, la popularidad continuó serpenteando hacia la cima de las estadísticas. Trasladó luego la pelea a la Corte Suprema de Justicia y al ver que allí no tipificaban ni coartadas ni chantajes sino un evidente cohecho personal, le dijo pro-terroristas a sus miembros y le pasó la queja a una masa ciudadana emotiva y las adhesiones ascendieron a un 85% Vino después “la jugada inteligente y perfecta”, la de la Operación Jaque, en la que en un principio creímos que no iba a haber “realidad tapada” ni “trampa de imagen” y el presidente “humildemente” le pidió perdón a la Cruz Roja por el uso indebido y abusivo de sus emblemas y las encuestas dijeron que había llegado a un técnicamente imposible 91.4% de favorabilidad.
A no ser que algo extraordinario tenga ocurrencia, en este momento Uribe tiene asegurada una segunda reelección, es decir, un tercer mandato. Entre sus golpes a la institucionalidad y su popularidad ha existido una relación dialéctica. Golpeando la institucionalidad ha reforzado su popularidad y ésta, una vez robustecida, ha sido el más formidable recurso de poder para continuar arañando. Pero, para mal del país, ha sido una popularidad antidemocrática usada a su amaño para jalonar su proyecto de personalización y uribización de la vida social, de la política y del Estado. Vale decir, para construirse el más inmenso poder institucional. Va a ser así como en los meses por venir construyendo y recomponiendo ternas, los más altos funcionarios del Estado quedarán a su merced. El turno le corresponderá ahora a los Magistrados de la Corte Constitucional, al Fiscal General, a los Magistrados de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, al Procurador General, al Defensor del Pueblo, a los miembros de la Junta Directiva y a dos miembros de la Junta Directiva del Consejo Nacional de televisión. (García Villegas. Mauricio, julio 2008) Es decir, que Uribe podrá hacer ahora la mayor moñona institucional de la historia del país.
Al suceder así, los pesos y contrapesos que se ideara James Madison (1751- 1836)en procura de equilibrar las relaciones de poder entre las ramas del poder publico quedarán desbaratadas (Villegas García, Mauricio, julio2008) a favor no del presidencialismo como sistema de gobierno sino del presidente, el hijo de Medellín.



……………Uribe entre la Imagen y la Realidad………….. (11)

Para comprender la inmensa popularidad de Uribe, la explicación mediática es necesaria pero no suficiente, es decir, no todo se elucida poniendo a Uribe a jugar la trampa de la imagen.
En la coyuntura, la gente ha colocado en la Seguridad Democrática tantas expectativas y anhelos, y Uribe ha sabido inyectar en la gente tantas esperanzas, que cuestionarla ha sido fortalecerla, que criticarla ha significado magnificarla, que evidenciar sus debilidades y precariedades ha implicado maximizar sus logros y potencialidades.
Precediéndolo, post-siguiéndolo o acaeciendo casi en simultaneidad, otros importantes fenómenos han tenido lugar. En relación con algunos, ya se han hecho suficientes énfasis, lo que podría caracterizarse como “oficio relativamente cumplido”. A este respecto, por ejemplo, sería una vergüenza para el gobierno el que, después de gastarse ingentes sumas de dinero en el financiamiento de la Estrategia ofensiva anti-subversiva más costosa que ha habido en la historia del Estado colombiano, saliese ahora con el cuento de que sobre la materia no se han alcanzado resultados significativos. No se podrá olvidar que para el 2008, en un país en el que la cosecha cafetera cuesta el 1.1% del PBI, el gasto militar se ha trepado al 6.32% (Revista de la Contraloría 2008)
De manera que por la vía del conflicto armado es por donde más se ha alimentado su popularidad. En relación con otros logros, los económicos, sobre todo, el presidente casi que no ha tenido la culpa, pues muchos de los méritos centrales se deben cargar a las condiciones favorables que encontró en la macroeconomía mundial. Esto no obstante, maximizando el fenómeno y atribuyéndole todo el peso del crecimiento económico a la Seguridad democrática, se ha creado el sentimiento colectivo de que todo ha marchado sobre los carriles. Esto no obstante, muchos quisiéramos saber cuánto se ha gastado el Estado en lobby, en asesorías para el mejoramiento de la imagen del país y si ha habido correspondencia entre el nivel de confianza inversionista recuperada y los inmensos pagos en que se ha incurrido, pues otras estadísticas al respecto presentan un color, que no es rosa como el de las del gobierno. De acuerdo con un estudio del CEC (Universidad de los Andes, 2008) sobre la Percepción de los grandes inversionistas del mundo “en el costo empresarial derivado del terrorismo, en el 2007 Colombia se ubicó en el puesto 129 entre 131 países perdiendo 6 puestos frente al 2006; y en los costos derivados del crimen y la violencia se ubicó en el lugar 112 retrocediendo 11 puestos; finalmente, en materia de crimen organizado retrocedió 15 puestos quedando en el 126”. Otro dato importante: el propio CEC señala que en nuestro sacrificado país, el gran incentivo para invertir se encuentra en el hecho de que los costos incluyen los gastos en seguridad. Estas son las cifras que no recoge el aparato de propaganda del gobierno.
Lo que sucede es que los ciclos económicos existen y ellos no son una invención de los economistas marxistas para asustar incautos con el fantasma de la crisis. Ahora el presidente se ha inventado unas nuevas “manos invisibles”, las de la confianza inversionista, que habrían llegado a reanimar las “smithianas manos invisibles” del mercado. De todas maneras, sea la que sea la fuente, el ligar el auge económico a una exitosa Seguridad democrática, en lo simbólico ha sido otra importante base de engrosamiento del uribismo como popularidad.
Pero, ha habido otro importante fenómeno que ha contribuido a ese engrosamiento. Diría que los comunicadores uribistas han sabido hacer un uso imaginativo, aunque, con frecuencia, abusivo y antiético, de las encuestas de opinión. Más que en las cifras que arrojan, han hecho un uso extra-estadístico de ellas en procura de reforzar determinadas visiones políticas. Para fijar las tendencias probables de ciertos fenómenos, las estadísticas son valiosas. Pero, no podemos “estadisticizar” la realidad. No todo es medible y cuantificable y, aunque lo fuese, como ha escrito William Ospina, “a veces perdemos la visión de la complejidad de los hechos gracias a la ilusión de que entendemos el mundo solo porque entendemos sus porcentajes”. (William Ospina, 2008)
Cuando las estadísticas (sobre todo las que arrojan las encuestas y sondeos de opinión) se usan para medir el estado y las dinámicas de las conductas político-electorales, gozan de una especie de taumaturgia: mientras más se mantiene y sube hacia la cima el globo de nieve, más tienden a crecer. Por eso, la mejor propaganda electoral, es un sondeo de opinión, que arroje siempre los resultados más altos. Nunca faltará una masa de adherentes y sufragantes que sólo se subirán al tren de una victoria segura.
Al comportarse así, las estadísticas como queadquieren vida propia tornándose generadoras de más apoyos, de más simpatías, de más votos.
De manera, pues, que Uribe no sólo ha incrementado su popularidad apelando a las trampas mediáticas de la imagen.

……………Polemizado con un Colega………….. (12)

El pasado domingo 27 de julio en su artículo en el Espectador, Alvaro Forero Tascón planteó que el unanimismo en torno a Uribe no sólo se explicaba por el embrujo mediático. Como ya hemos escrito, estamos de acuerdo con ese punto de vista: No basta lo mediático para explicar el fenómeno Uribe. Como novedad adicional trajo a colación, tomándola de la psicología política, una hipótesis en nuestro concepto abstracta por su desconexión del fenómeno que buscaba explicar. Nos habló de la adopción que Uribe había hecho de la fórmula de la derecha norteamericana. Se refirió enseguida al relato que el presidente había hecho de la problemática del país y de sus soluciones, relato cargado de los valores predominantes de la sociedad colombiana. Y aquí sí fue una Troya teórica porque más que de nuestros valores históricos, de lo que nos habló fue de unos valores abstractos por ahistóricos. Hemos escrito en este Atisbos que el discurso de Uribe, efectista por cierto, es esquemático por simplista y que se encuentra cargado de una sarta de nociones ideológicas como “patria-Dios-Virgen- seguridad y soldados”. Pero, por su ubicación y manejo en el discurso, esas nociones más que como valores resaltan como ideología que busca tapar y encubrir realidades.

……………Que hable la Gente…………… (13)

¿Por qué Uribe ha volado tan alto? ¿Por qué tan enorme unanimismo? ¿Por qué una popularidad tan apabullante?
Escuchemos algunas respuestas de cara a las reacciones frente al artículo de Álvaro Forero:
*** “El uribismo tomó vuelo gracias a los paracos. Es la exaltación de antivalores como la corrupción, el antimilitarismo y el narcotráfico. El uribismo es el resultado de una amalgama de malhechores”. (Anacleto Godoy)
*** “Los sagrados valores que heredamos de nuestros abuelos…están siendo inmisericordemente destruidos por este régimen narcoparamilitar que no conoce ni la ética ni la moral”. (Emmaflood))
***Lo suyo puede ser cierto, “pero también hay que entender que este es un país conservador y monarquista y por eso la gente se identifica con Uribe”.
*** El uribismo nació simplemente cuando el Señor Alvaro Uribe “no se dejó arropar por las ideas arcaicas del liberalismo de turno…Así es de sencillo el nacimiento de la más grande unidad nacional en todos los tiempos en nuestra amada Colombia”. (Elías Franco)
***La pregunta no tiene misterio. El uribismo no es más que la reacción al Caguán…”
*** “El uribismo nace como propuesta de Álvaro Uribe Vélez de combatir hasta el exterminio a las Farc. Es un caudillismo sin ideología ni prospectiva porque depende de un solo líder”. (Corista)
*** Profesor, muy buena columna, “pero hay que reconocer otros factores importantes. Es cierto que no hay que limitarse a ver allí sólo lo mediático o un mero ajuste con valores de derecha. Se deben tener en cuenta el momento histórico y el contexto. La situación económica de América latina…También ayudó la guerra contra el terrorismo de Bush y la amenaza de los vecinos”. Así que sólo no estábamos preparados para un mal líder y sus poderosas medidas mediáticas sino que, además, estábamos de malas. ( José Rojas)
*** Dadas las condiciones “es posible que el presidente haya logrado canalizar el desespero nacional mediante una ciega defensa de los valores nacionales, pero “aún y a pesar de todo este despelote esto es una democracia y no una uribarquia”. (Don PACHO)
*** “Que continúen los análisis sobre el fenómeno Uribe. Pero, nuestra sociedad no se inscribe en modelos foráneos porque no es una sociedad homogénea con valores universales. Aquí no encuentran aplicación ni Marx, ni Freíd, ni Jesús. Ahora sólo Uribe es el Mesías, el Ungido que nos llevará a la tierra prometida. Y ¿quién nos convence de una alternativa diferente?”. (Orlanka)
*** El uribismo se construyó con el liderazgo absoluto de las farc, los Medios de Comunicación y la idiotez de mi querida Colombia”. (Mouse)
*** “El uribismo es el nacimiento de la más grande unidad nacional alrededor del crimen organizado.” (Andrés Felipe)
*** “El paramilitarismo se construyó por la predisposición de la mayorías colombianas de aceptar el delito como algo normal, como “habilidad”. Por eso es que ahora se ve a la gente pontificando cuál sicario o sicariato es mejor, si el de Antioquia o el de Cali. Las condiciones “habilidosas” de los paísas son muchísimas, de ahí ‘haga plata mijito, hágalo a lo bien, pero si no, de todas maneras hágalo, es que ése man se rebusca en USA y aquí se porta bien` .
En un país que así piensa cualquier intento político armado o desarmado por cambiar esas delincuenciales conductas está llamado al fracaso. Por eso el rotundo triunfo del narcouribismo”. (Luis Puyana)
*** Para redondear más mis ideas. “Lo que el uribismo ha hecho es todo lo contrario, profundizar los símbolos más negativos contrarios a las sanas costumbres de los pueblos, no de sus dirigentes. Los pueblos siempre han querido gobiernos no corruptos, y los últimos datos son un ejemplo de ello, más uribistas judicializados, y no cualquier uribista, los más íntimos del presidente. Por otra parte, lo que quiere el pueblo, según la encuesta Medios, es una solución a problemas como el del desempleo, la pobreza y la educación, los factores malignos que se han profundizado durante la Seguridad democrática. Esos sí son valores, lo demás son símbolos para tapar y tapar la corrupción. (Luis Puyana)
*** “Agréguele a tan sesudo análisis los más de 300 Consejos comunitarios entregando chequecitos y el bombardeo diario RCN-Caracol-Yamit Amat-Jorge Barón y Asociados ensalzando la labor del mandatario y entonces entendemos mejor ese fenómeno de masas. Interesante”. (Amaneno)

LA POPULARIDAD DE URIBE: Una explicable Mezcla de Paras, Farc
Trampas de Imagen y Consejos Comunitarios (14)

En el caso concreto de Atisbos, al leer el Ensayo del profesor Alvaro Forero, nos respondimos:
En el principio eran los paramilitares hasta que llegó Alvaro Uribe Vélez.
Desalojando a las Farc de uno de sus más clásicos santuarios, militarmente se habían asentado en Puerto Boyacá bajo la promesa de que protegerían a hacendados y ganaderos y de que apalancarían a un Estado frágil en su lucha socioterritorial contra las Farc. Llegado Uribe Vélez a la gobernación de Antioquia, con la creación de las CONVIVIR les dio también forma legal de vida. Fue por estos caminos por donde militarmente llegaron al Urabá antioqueño y al Chocó. A todas éstas, social y sentimentalmente ya se habían instalado en la región costeña y, sobre todo, en el corazón y en las esperanzas de sus habitantes. Entonces, en un primer momento los populares fueron los paras y detrás de ellos estaban los dirigentes, las bases y los congresistas que simpatizaban con ellos al considerarlos un mal menor. Fue entonces cuando en otras regiones del país buscaron aplicar y generalizar el modelo antioqueño de lucha contra las guerrillas.
Fue por ahí por donde empezó a enhebrarse la popularidad de Uribe.
Sin el para-militarismo, ni Uribe ni el uribismo habrían evolucionado después hasta lo que han llegado a ser.
En el 2002, una vez elegido Uribe en la primera vuelta, su popularidad y expectativas arrancaron en forma. Como el proyecto político de Uribe ya no los requería, los paramilitares empezaron a marginarse de la lucha anti-insurreccional deviniendo en una sarta de poderosos grupos centrífugos con delimitaciones territoriales regionales bajo el liderazgo individual de uno u otro de sus grandes señores, que bailoteaban entre el paramilitarismo como ideología (Carlos Castaño) y el paramilitarismo como narcotráfico. (Mancuso) Pero, como el Estado no podía echar en saco roto la deuda política contraída con ellos, más temprano que tarde el gobierno los convocó a un arreglo en Santa Fe del Ralito. ¿Qué les prometió?, hasta ahora nadie lo ha podido saber, pero que “se les prometió, se les prometió”, pues a partir de allí los jefes para aparentemente se disciplinaron.
Entonces, nuevos puntos de popularidad para el presidente Uribe, que presentó el asunto como un excelente resultado exitoso de la Política de Seguridad democrática.
Durante su primer sexenio (2002-2008), ha sido en los tres últimos años cuando el gobierno ha logrado los resultados relativamente más exitosos en materia de combate ofensivo contra las Farc. En general, las ha aventajado en desarrollo de Inteligencia, así como en fortalecimiento de su poderío aéreo amén de que, en nuestro concepto, los golpes recibidos por los farianos han sido más `sicológicos y publicitarios que militares. Esto no significa que no hayan sufrido serios aunque no definitivos reveses armados, comunicativos y organizacionales. Esos resultados levantaron los ánimos de una ciudadanía, que ya empezaba a decaer en materia de esperanzas de derrota y de revancha contra las Farc. Fue por esto por lo que el reauge de Uribe en favorabilidad y popularidad fue más amplio e intenso en los dos últimos años que en los cuatro anteriores.
Dedicamos los primeros siete acápites de este Atisbos 91 a examinar y resaltar lo mediático, lo virtual y lo simbólico como una fuente principal del unanimismo reinante alrededor del fenómeno Uribe. En especial, destacamos la hipótesis sobre lo que llamamos “las trampas de la imagen” o esa capacidad amaestrada de que la ciudadanía asuma como realidad lo que no es sino la imagen de esa realidad. Dentro de esa lógica analizamos los resultados del manejo de la secuencia parapolítica-yidispolítica-reforma política-confrontación con la Corte Suprema de Justicia-liberación incruenta de quince secuestrados, formulando la hipótesis de que lo que más le ha interesado al presidente ha sido la hiperpopularidad como herramienta política privilegiada para la uribización de la vida social, de la política y del estado.
Pero los que impugnan al presidente por inmediatista, no deberían olvidar que tiene entre ceja y ceja, como proyecto de mediano plazo, la creación del Estado comunitario, que espera ver en pleno funcionamiento en agosto del 2019. Este Estado es algo así como una combinatoria de neoliberalismo, ideología católica comunitarista, política simbólica y consejos comunitarios. Cada semana, los sábados todo el día, llueva o truene los realiza como una experimentación prefigurada del Estado comunitario. Por la forma coloquial y espontánea como los conduce, por las dádivas oficiales que reparte y por las maneras como regaña y coordina a los funcionarios nacionales y municipales que lo acompañan, esos consejos son quizá su fuente más importante de popularidad. Ya llegó a su Consejo número 300.
Es interesante observar cómo esos Consejos semanales son aprovechados por el presidente para dialogar coloquialmente con un sector dado de la población (por lo general, los pobres, los más desorganizados, que son seleccionados para que acudan a solicitarle alguna limosna) aprovechando los intermedios para jugar la trampa de imagen que lleva entre las mangas. En esos ágapes comunitarios, que deberían llamarse, más bien, “Consejos con mi Gran Yo”, una sola persona, el presidente en persona, de modo coloquial le habla a la gente invitada; posibilita y quita el uso de la palabra; regaña a los funcionarios negligentes en el desempeño de sus deberes ciudadanos ; manda a detener a funcionarios sospechosos de corrupción; por sí mismo decide quién es terrorista y quién no lo es; cuenta anécdotas; invade a su arbitrio las otras Ramas del Poder público; le relata a los invitados la “realidad” de lo que durante la semana ha estado ocurriendo en el país; otorga pequeños créditos; realiza al detalle el oficio de alcaldes , corregidores e inspectores de policía; regala motos y bicicletas y con gancho baja y distribuye a su amaño las mercancías semanales.
Finalmente, no se podrá olvidar que, institucionalmente cautiva, este gobierno posee de modo permanente bases propias como para elegir un presidente sin necesidad de apelar a otros frentes de trabajo. Veámoslas: En enero del 2008, dentro del Programa de “Familias en Acción” se entregaron subsidios a un millón quinientos mil hogares. Como parte habitual de su discurso, todos los días Uribe llama a que las Redes de Informantes e Informadores se fortalezcan y estrechen lazos con la Fuerza Pública. Como otro ejemplo importante están los soldados campesinos. Por su parte, 170.000 vigilantes privados, 17.000 escoltas y 10.000 empleados operativos de las Empresas de Seguridad han sido incorporados a la Política de Seguridad democrática.
Como para decir, que nadie como el presidente posee esa estratégica fuente de popularidad constituida por unos cuatro o cinco millones de ciudadanos pagados con medios salarios y tercios de pensiones. Eso solo, en un país de pobres e indigentes, electoralmente es mucho lo que puede significar.









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